Segundo movimiento

¡Bienvenidos a mi réquiem!

    Continuando con lo que iba contando en el Primer movimiento, tenía que realizar mis prácticas del Máster de Musicoterapia en lo que finalizaba el curso en 2021, las consecuencias del COVID-19 seguían muy recientes por lo que continuaba habiendo restricciones en algunos centros. Yo quería destinar mis prácticas a la musicoterapia en la etapa del embarazo porque me parece un momento único de la vida en la que volvemos a tener ese vínculo con la naturaleza y que se ha ido perdiendo debido al ámbito hospitalario y más aún con la pandemia donde hubo partos con mascarillas y sin acompañantes (en algunos casos).


    

    Empieza la odisea de buscar centro, unos cerrados, otros no aceptan alumnos de prácticas, otros han cancelado sus actividades de grupo y otros te miran como si les hablasen en otro idioma. Hasta que encuentro un sitio donde les gusta la idea y ya habían escuchado antes los beneficios que tiene la musicoterapia en la etapa del embarazo, no me lo creo al fin puedo empezar a desarrollar las sesiones... ¡MENTIRA!, el centro quiere cobrar a los pacientes por mis sesiones, por lo que nadie se anima, ni siquiera a ir a la primera sesión para probar o saber en qué consiste la Musicoterapia. Nunca me había agobiado tanto, tuve varias crisis de ansiedad por ver que no iba a poder terminar el máster por unas prácticas, ya que faltaba poco para que se cerrase la primera convocatoria (si, ya era julio).

    De repente, CUARENTENA, me contagio de COVID-19, 15 días encerrada en casa, así que tuve tiempo de sobra para reflexionar en lo que tenía que hacer. Tienes la segunda convocatoria en septiembre, por lo que tienes todo agosto para buscar un centro, aprovecha que vuelves a Tenerife de vacaciones y tira de contactos (esa soy yo pensando). Recordé que la madre de un amigo del colegio tiene un centro de fecundación in vitro, la llamé y me dejó colgar unos carteles por su clínica, ya solo quedaba esperar a que alguien se animara y quisiera participar.

    ¡MILAGRO! He resucitado, recibo un correo de una mujer embarazada interesada en asistir a las sesiones de musicoterapia, bien, puedo hacer las prácticas. Ahora empieza lo bueno.



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